Las mujeres Rokitansky nacen sin vagina o con una vagina pequeña, es decir, más corta de lo habitual, lo que viene a ser menos profunda que una vagina de una mujer «normal anatómicamente». Tampoco existe conexión entre útero y vagina (cérvix).

Solución

La solución sería la creación de una neovagina, que se puede hacer por dos vías diferentes y que dependiendo de cada caso será el especialista el que elija el mejor tratamiento para la paciente. De ambas opciones hablaré a nivel personal, porque en un principio me recomendaron usar dilatadores (y los usé durante un tiempo) y finalmente acabé operándome en Barcelona en diciembre de 2015.

  • Dilatadores

La mujer sería la encargada de crear su propia vagina mediante el uso de unos dilatadores de diferentes diámetros y longitud. El procedimiento consiste en ponerse el dilatador 20 minutos por la mañana y 20 minutos por la noche todos los días, ejerciendo presión hacia dentro para ir estirando las paredes de la vagina. No hay que olvidar que se trata de un músculo (estira y dilata). Este proceso suele durar entre seis meses o un año, pero no es efectivo en todos los casos. Suele recomendarse a mujeres que nacieron con una vagina con cierta profundidad pero no sería la solución para aquellas chicas con vaginas de tejidos fibrosos con profundidad que no llegan al centímetro.

Desde la experiencia personal puedo dar mi opinión sobre la creación de una vagina con dilatadores. Se trata de un tratamiento doloroso, ya que es necesario ejercer la suficiente presión como para que los dilatadores cumplan con su objetivo. A nivel psicológico pasa factura, ya que tienes en tus manos el poder de cambiar tu cuerpo pero te das cuenta de que no puedes ni física ni anímicamente. Yo no era capaz de estar 20 minutos cada mañana inflingiéndome dolor y esa impotencia era la que me bloqueaba todavía más y me hacía vovler a dejar el tratamiento por una temporada. Me sentía verdaderamente culpable, pero era algo superior a mí por mucho que intentase mentalizarme.

Además del dolor que produce, el hecho de tener que usar los dilatadores todos los días, también supone llevar una vida de menos libertades, pues la rutina está marcada por las dos sesiones de tratamiento al día.

Admiro de verdad a aquellas mujeres que sí consiguieron crear su propia vagina a base de horas, sudor y mucha fuerza de voluntad. Aunque quiero insistir en el hecho de que también va muy ligado al caso individual de cada chica y yo estaría también en la lista de candidatas directas a quirófano a pesar de que los médicos de Galicia me hubiesen «recetado» la técnica más engorrosa (y en mi caso menos efectiva que la operación).

NOTA: No hay mejor dilatador que un pene y no lo digo yo, lo dicen los médicos. Aquellas mujeres que usen dilatadores para la creación de su nueva vagina también pueden combinarlo con el efecto dilatador de las relaciones sexuales.

  • Cirugía

La medicina avanza a un ritmo abrumador y existen técnicas nuevas de las que hace seis años ni se hablaba. La cirugía es el método más rápido y efectivo, pues gracias a una operación se estaría creando en menos tiempo lo que con dilatadores se tardaría muchos más meses en hacer. A día de hoy las dos técnicas más habituales -y que se practican en el Clínic de Barcelona, hospital en el que me atendieron- son la de Vichetti y Warthon.

Fui una gran privilegiada, ya que aunque ambas técnicas tienen buenos resultados, la más puntera es la última, Warthon. Tres días ingresada en el hospital y un mes portando un dilatador de silicona de 10 cm las 24 horas (únicamente ha de retirarse para ir al baño). Al principio resulta incómodo, ya que se trata de un elemento externo a tu cuerpo que tiene que estar de manera permanente metido en la vagina. Hablo de incomodidad, pero no de dolor, que simplemente hace acto de presencia en los dos primeros días y desaparece igual de pronto que los calmantes, que dejé de tomar a la semana de estar operada.

Los primeros días caminaba como un pato, cual pingüino por el pasillo de la unidad de ginecología (un poco también por miedo a que el dilatador se cayese pese a los dos pares de bragas o a la combinación posterior braga-faja para que se aguantase bien). Me cansaba mucho con un poco que caminase, pero a los 10 días de haberme operado ya estaba haciendo vida completamente normal. Sí es cierto que de vez en cuando podía tener molestias pero a modo recordatorio de que llevaba un dilatador, pues llega un momento en el que ya casi ni lo notas.

Un mes después de esta intervervención supuestamente la mujer podría tener relaciones sexuales con normalidad. Eso sí, aquellas mujeres que después de la recuperación del post-operatorio no mantengan relaciones sexuales de manera regular, tienen que seguir llevando el dilatador o hacer ejercicios con él para evitar que la neovagina se cierre (recordemos que se trata de un músculo que se estira y vuelve a su forma natural).

IMG_20151226_182132 (1)
Fotografía tomada en uno de los pasillos del Clínic tras haber superado con éxito la operación.

Para cerrar este apartado me gustaría decir que evidentemente cuanto antes se encuentre y aplique una solución, la mujer Rokitansky podrá llevar una vida más tranquila y normalizada. No obstante, el hecho de haber nacido sin vagina o con una vagina más pequeña que la norma no impide a ninguna mujer tener vida sexual. Evidentemente su sexualidad ha de amoldarse a su anatomía propia, pero existen muchas formas de disfrutar del cuerpo sin necesidad de que haya penetración (o de que esta sea completa en caso de llegar a haberla).

Este tema me gustaría abordarlo en mayor profundidad en el apartado «Vida sexual«. Como mujeres Rokitansky tenemos derecho (y el poder) de gozar, que nadie nos diga lo contrario y que nadie nos haga creer que el placer nos está vetado. Tener una vagina pequeña o no tener vagina es un incoveniente (importante) pero no es un problema que nos inutilice ni como personas ni como mujeres que quieran disfrutar del sexo.


VERSIÓN GALEGA

Que pasa coa vaxina?

As mulleres Rokitansky nacen sen vaxina ou cunha vaxina pequena, é dicir, máis curta do habitual, o que vén a ser menos profunda cá vaxina dunha muller «normal anatomicamente». Tampouco existe conexión entre útero e vaxina (cérvix).

Solución

A solución sería a creación dunha neovaxina, que se pode facer por dúas vías diferentes e que dependiendo de cada caso será o especialista quen escolla o mellor tratamento para a paciente. De ámbalas dúas opcións falarei a nivel personal, porque malia que nun principio me recomendaran usar dilatadores (useinos durante un tempo), finalmente acabei operándome en Barcelona en decembro de 2015.

  • Dilatadores

A muller sería a encargada de crear a súa propia vaxina mediante o uso duns dilatadores de diferentes diámetros e lonxitude. O procedemento consiste en poñer o dilatador 20 minutos pola mañá e 20 minutos pola noite tódolos días, exercendo presión cara a dentro para ir estirando as paredes da vaxina. Non hai que esquecer que se trata dun músculo (estira e dilata). Este proceso adoita durar entre seis meses ou un ano, pero non é efectivo nin aplicable para tódolos casos. Adoita recomendarse a mulleres que naceron cunha vaxina con certa profundidade pero non sería a solución para aquelas rapazas con vaxinas de texidos fibrosos con profundidade que non chegan ao centímetro, por exemplo.

Desde a experiencia persoal podo dar a miña opinión sobre a creación dunha vaxina con dilatadores. Considero que é un tratamento doloroso, xa que é necesario exercer a suficiente presión como para que os dilatadores cumpran co seu obxectivo. A nivel psicolóxico pasa factura, xa que tes nas túas mans o poder de cambiar o teu corpo pero daste de conta de que non podes nin fisica nin animicamente. Eu non era capaz de estar 20 minutos cada mañá inflinxíndome dor e esa impotencia era a que me bloqueaba aínda máis e me facía vovler a deixar o tratamento por unha tempada. Sentíame verdadeiramente culpable, pero era algo superior a min por moito que me intentase mentalizar.

Ademais da dor que produce, o feito de ter que usar os dilatadores tódolos días, tamén supón levar unha vida de menos liberdades, pois a rutina está marcada polas dúas sesións de tratamento ao día.

Admiro de verdade a aquelas mulleres que si conseguiron crear a súa propia vaxina a base de horas, suor e moita forza de vontade. Con todo, quero insistir no feito de que tamén vai moi ligado ao caso individual de cada moza e eu estaría tamén na lista de candidatas directas a quirófano a pesar de que os médicos de Galicia me «recetaran» a técnica máis engorrosa (e no meu caso menos efectiva que a operación).

NOTA: Non hai mellor dilatador ca un pene e non o digo eu, dino os médicos. Aquelas mulleres que usen dilatadores para a creación da súa nova vaxina tamén poden combinalo co efecto dilatador das relacións sexuais.

  • Cirurxía

A medicina avanza a un ritmo abrumador e existen técnicas novas das que hai seis anos nin se falaba. A cirurxía é o método máis rápido e efectivo, xa que gracias a unha operación estaríase creando en menos tempo o que con dilatadores se tardaría moitos máis meses en facer. A día de hoxe as dúas técnicas máis habituais -e que se practican no Clínic de Barcelona, hospital no que me atenderon- son a de Vichetti e a de Warthon.

Fun unha gran privilexiada, xa que aínda que ámbalas dúas técnicas teñen bos resultados, a máis punteira é a última, a de Warthon. Tres días ingresada no hospital e un mes portando un dilatador de silicona de 10 cm as 24 horas (unicamente ha de retirarse para ir ao baño). Ao principio resulta incómodo, xa que se trata dun elemento externo ao teu corpo que ten que estar de maneira permanente metido na vaxina. Falo de incomodidade, pero non de dor, que simplemente fai acto de presencia nos dous primeiros días e desaparece igual de pronto que os calmantes, que deixei de tomar á semana de estar operada.

Os primeiros días camiñaba coma un parrulo, unha especie de pingüino desfilando polo corredor da unidade de xinecoloxía (un pouco tamén por medo a que o dilatador caera a pesar dos dous pares de bragas ou á combinación posterior braga-faixa para que aguantara ben no seu sitio sen se mover). Cansaba moito cun pouco que camiñara, pero aos 10 días da operación xa estaba facendo vida completamente normal. O certo é que de cando en vez podía ter molestias pero como recordatorio de que levaba un dilatador, pois chega un momento no que xa case nin o notas.

Un mes despois desta intervervención supostamente -se todo vai ben e a vaxina epiteliza- a muller podería ter relaciones sexuais con total normalidade. Iso si, aquelas mulleres que despois da recuperación do post-operatorio non manteñan relacións sexuais de maneira regular, teñen que seguir levando o dilatador ou facer exercicios con el para evitar que a neovaxina peche (hai que lembrar que se trata dun músculo que estira e volve á súa forma natural).

IMG_20151226_182132 (1)
Fotografía tomada nun dos corredores do Clínic despois de superar con éxito a operación.

Para pechar este apartado gustaríame dicir que evidentemente canto antes se atope e se aplique unha solución, a muller Rokitansky poderá levar unha vida máis tranquila e normalizada. Non obstante, o feito de nacer sen vaxina ou cunha vaxina máis pequena que a media non impide a ningunha muller ter vida sexual. Evidentemente a súa sexualidade ha de amoldarse á súa anatomía propia, pero existen moitas formas de gozar do corpo sen necesidade de que haxa penetración (ou de que esta sexa completa no caso de chegar a habela).

Gustaríame abordar este tema en maior profundidade no apartado «Vida sexual«. Como mulleres Rokitansky temos dereito (e o poder) de gozar, que ninguén nos diga o contrario e que ninguén nos faga crer que o pracer nos está vetado. Ter unha vaxina pequena ou non ter vaxina é un incoveniente (importante) pero non é un problema que nos inutilice nin como personas nin como mulleres que queiran gozar do sexo.


ENGLISH VERSION

What about the vagina?

Still working on it…