Placer

Hace unos días me dediqué a buscar información sobre el Síndrome de Rokitansky en YouTube: entrevistas a médicos especializados, testimonios de otras mujeres, campañas de concienciación… También me tomé el tiempo de leerme los comentarios de la mayor parte de vídeos, más que nada, por si alguna otra mujer Rokitansky necesitaba ayuda.

La mayor parte de mensajes eran de apoyo a esas mujeres que se habían atrevido a romper el silencio públicamente, o alguna chica recién diagnosticada pedía más información. Sinceramente no estaba a la espera de encontrarme mensajes negativos. ¿Por qué una persona se molestaría en escribir algo atacando a una desconocida conociendo sus circunstancias? Sin embargo un chico sí paró a comentar que por mucho que las mujeres Rokitansky estemos operadas y tengamos una neovagina nunca sentiremos placer.

Muy probablemente me habría afectado mucho leer algo así un tiempo atrás, pero tan pronto como lo leí, no pude evitar sentir pena e indignación ante semejante nivel de ignorancia y de estupidez humana. Para empezar, está estrechamente ligado al falocentrismo del heteropatriarcado, a esa idea de meterla en caliente para tener placer el hombre y, si hay suerte, ya de paso la mujer también. Que placer sea sinónimo de coito es subestimar muy finamente la faceta polifacética innata al sexo. Se puede tener placer de tantas maneras diferentes sin ni siquiera llegar a la penetración… Además, que en lo que a placer femenino se refiere las posibilidades que ofrece el clítoris, por ejemplo, están completamente infravaloradas (y silenciadas). Si es que hay mujeres, que naciendo con una vagina «normal» no consiguen tener todo el placer que desearían y aun disfrutando, no llegan al orgasmo.

Entiendo también que al margen de todo esto haya personas que se puedan cuestionar hasta qué punto puede sentir «algo» o «nada» una mujer que se haya sometido a una reconstrucción vaginal. Es una duda muy válida y humana que también puede llegar a tener la propia mujer Rokitansky antes de la operación.

Pero de todos modos y volviendo al debate anterior, ni vagina ni pene son el todo en un acto sexual. Hay muchas otras partes del cuerpo que pueden -y deben- ser estimuladas. Los niveles de goce dependen de cada mujer (y de la persona con la que se acueste). Lo que sí puedo afirmar es que ser Rokitansky y tener una neovagina no son obstáculos para alcanzar el placer. Una neovagina es como cualquier otra vagina, simplemente en lugar de haber sido desarrollada en el útero materno fue creada en quirófano o mediante dilatadores. Y no hay más. Una vagina es una vagina, sea más «neo-creada» o menos. Y si una mujer roky no disfruta del sexo, Rokitansky no tiene la culpa siempre y cuando esa mujer se sienta segura de su cuerpo. Roky o no, cualquier mujer puede tener inseguridades que la afecten en la cama.

Así que el sexo es una cuestión de confianza en nuestra propia vagina, de no ponerle ningún tipo de límites ni dudar de su valía, sin dejar de lado todo el potencial del resto de nuestro cuerpo y del de la persona con la que nos acostemos. Y que vaya, una mujer Rokitansky incluso antes de ser operada puede disfrutar, aunque está claro que «necesita» una vagina normalizada por cuestiones de autoestima y para sentirse libre de acostarse con quien sea sin tener que dar explicaciones sobre medidas y profundidades.

Sí, las mujeres Rokitansky tenemos placer.

 

 

Un comentario en “Placer

  1. Adriana dice:

    Completamente de acuerdo Ana, el placer tiene un gran componente mental. Yo soy Roky, y multiorgásmica. Antes y después de mi cirugía.
    La ignorancia del ser humano es infinita, por eso hay que combatirla todos los días.
    Saludos solidarios!

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